domingo, 18 de noviembre de 2012

EN BUSQUEDA DE LA RACIONALIDAD ADMINISTRATIVA


En momentos donde se discute en varios países la necesidad de disminuir y manejar más racionalmente el gasto público, es interesante ver una de las medidas que el gobierno italiano planea adoptar.

Con el objetivo de racionalizar la administración y frenar el despilfarro Italia se ha planteado eliminar 40 provincias, de las 110 existentes, mediante la fusión con otras más grandes. Según los criterios fijados, desaparecerán aquellas provincias con menos de 350 mil habitantes o con una superficie territorial inferior a los 2,500 kilómetros cuadrados. El adelgazamiento de la estructura provincial puede ser un ensayo para otro proyecto de mayor envergadura: revisar la estructura regional y municipal. Se considera que las actuales 20 regiones son demasiadas. Lo mismo ocurre con los 8,000 municipios, la mitad de los cuales son de menos de 5,000 habitantes.

En Italia, las regiones y las provincias suelen ser focos de corrupción y despilfarro. Han sido casos bien sonados recientemente los de las regiones de Lombardía y Lacio. Es también conocida la escandalosa situación de Sicilia, con una plantilla de funcionarios y empleados públicos exagerada.

Los cambios presentan problemas administrativos y políticos. Las provincias a eliminar representan centros de poder, que implican cargos, empleos y fuentes de votos para las posiciones legislativas nacionales. Precisamente, la resistencia a la medida por parte de los afectados no se ha hecho esperar y están ejerciendo presiones muy fuertes sobre el gobierno central, invocando motivos muy diversos para continuar existiendo, desde razones históricas y socioculturales hasta de tipo geográficas.

Otro asunto difícil de resolver será qué hacer con el personal que quede desplazado por las provincias eliminadas. El gobierno italiano quiere evitar despidos, y por ello está manejando la alternativa de traslados laborales a otras posiciones y/o regiones.