miércoles, 7 de diciembre de 2011

LECCIONES DE LA CRISIS GRIEGA

La crisis griega está lejos de solucionarse, pero desde ahora nos ofrece algunas lecciones que son válidas para cualquier entidad económica (país, empresa, individuo):
1.      No se puede vivir eternamente con dinero prestado.
2.      Dirigir el endeudamiento a crear capacidad de generación de recursos propios.
3.      Actuar con responsabilidad financiera y detener la espiral de endeudamiento cuando aún hay tiempo.
La economía griega no es de gran empuje porque es poco diversificada y competitiva. Ante esta realidad, el Estado optó por convertirse en la locomotora que remolcara el resto de los vagones de la sociedad griega. Como el Estado Empresario fue incapaz de generar los recursos necesarios para sostener prospera y eficientemente al país, acudió una y otra vez al endeudamiento, el cual no se dirigió mayormente a fortalecer el sector empresarial y desarrollar una capacidad productiva que garantizara la solvencia económica y financiera helénica. La gravedad de la filosofía adoptada siguió incrementándose, sin que los dirigentes griegos fueran capaces de reconocer a tiempo la magnitud del problema que estaban generando y de solucionarlo sin grandes traumas sociales, incluso, durante gran parte de la década pasada el país violó el Pacto de Crecimiento y Estabilidad que adoptó al entrar en la zona del euro y que establecía mantener un déficit presupuestario no mayor del 3% del PIB. Y es así como la deuda siguió subiendo como la espuma, llegando actualmente a representar cerca del 170% de su Producto Interno Bruto (PIB). Con esa proporción se necesitaría casi dos economías del tamaño de la griega para saldar la deuda.
4.      No confundir derechos con privilegios.
El Estado griego, en su papel de Benefactor, apostó al incremento del consumo y del nivel de vida de los estratos sociales menos favorecidos a través de una fuerte expansión del gasto social sin la debida contrapartida en los niveles de productividad del país. Si bien es responsabilidad del Estado el buscar una disminución de los niveles de inequidad, garantizando los derechos básicos de todos los miembros de la sociedad, no se deben otorgar concesiones que excedan el aporte que cada cual hace a la misma. Porque cuando se actúa en sentido opuesto, se están concediendo privilegios que a la larga impactará negativamente a la economía, porque no se puede justificar el incremento del consumo, ni los niveles de vidas de sectores poblacionales sin tomar en cuenta la capacidad de generación de los recursos necesarios para sostener un enorme gasto social.